Hay un anhelo de noche en mi vientre.
Un hambre voraz y salvaje
de buscar el origen del fuego
... un deseo de ávidos labios,
de besos de manos de piernas,
de abrazos.
De recorrerte y recrearte,
de saber a que sabe
el licor derramado en tu cuerpo
... y diluirme inconsciente en todo tu oleaje
creando en tus manos mi aguado universo.
Probar cerezas o locuras
y en dulce agonía no perder tu mirada
hablar sin palabras con manos aladas
o atada a tu antojo..
atrevida... imprudente ...
perderme en la nada.
Porque hay un anhelo que entiendes
... y
reclama.
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Todos somos huella. Alondra
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